Este Pueblo Mágico del Estado de México tiene todo para disfrutarse por tierra, agua y aire. Sus atractivos y las diferentes maneras de conocerlos despertarán en ti las ganas de visitarlo durante varios fines de semana. No debes perderte la Capilla de Santa María y su milagroso Cristo Negro; el Museo Arqueológico, que conserva 300 piezas provenientes de los tres mil sitios arqueológicos que hay en el Estado de México; el extenso Mercado de Artesanías y por supuesto, el embarcadero del lago.

El enorme cuerpo de agua, con forma de medialuna y de color turquesa, en realidad es la Presa Miguel Alemán y no navegarla durante tu viaje sería casi un pecado. Podrás hacerlo en kayak, con esquís acuáticos, sobre una dona jalada por una lancha rápida, en velero y hasta en catamarán, con música y bebidas incluidas. Ver el atardecer desde este punto es todo un espectáculo.

Volar en parapente sobre Valle de Bravo será imperdible. También puedes conocer zonas boscosas como Monte Alto, El Fresno, Acatitlán, La Peña y las cascadas como Velo de Novia y la del Molino.

Los deportes extremos estarán a la orden del día, en la Reserva Ecológica de Monte Alto y el Kartódromo.